Empezamos con una corta escena en la que se muestra a Shinobu con su reticencia y melancolía características de la primera temporada, pero la bolsa de dulces que trae Araragi despierta su interés.
Parece que es la primera vez que le presta atención a esos donuts, y parece también que ayudarán a romper su monotonía y su estado mental absorto (una muestra mundana del efecto que ha tenido Araragi en su vida más allá de salvarla en aquel túnel).
Se agradece que su temple no cambie radicalmente al comerse un dónut, como he acabado por esperar en el anime. Su reacción es la de una persona deprimida que ha descubierto un nuevo interés, no la de alguien con trastorno bipolar.
En un nivel más artístico, me mola como los dulces y los papeles que les rodean son más claros que el fondo y los personajes, y a menudo tienen el mayor peso visual del plano (como en la imagen de arriba).
Se explica por fin el origen y la naturaleza de las rarezas, lo cual aprecio.
Esta explicación sirve para cubrir dos temas que me estaban molestando previamente:
Shinobu tiene actitudes infantiles a pesar de tener cientos de años de edad. Como su forma física y estado mental se definen en base a la percepción de los que saben de ella, esto deja de ser un problema.
Las rarezas son demasiado comunes como para que la sociedad no esté estructurada teniéndolas en cuenta. Si la sociedad como conjunto no cree en ellas y las descarta inmediatamente como patrañas y cuentos chinos, se darán menos y se limitarán a aparecer ante aquellos que sí crean en ellas (ya que responden ante las expectativas).
Después de esta conversación (y de Araragi siendo Araragi al asumir la responsabilidad de algo que no es culpa suya, cosa que es de agradecer) pasan al tópico de la maldición de Hanekawa.
Hablando de la cual, me hace mucha gracia que Araragi le reconozca en su forma Black por el tamaño/ forma de sus senos. Encaja perfectamente con su personalidad.
No me acaba de gustar que sepa definitivamente que es ella al reconocer la ropa interior que vio en el capítulo 1. Me parece que era suficiente motivo (y más gracioso) lo anterior como para acercarse a hablar con ella, y no soy especialmente fan de estos arranques de perversión que le dan a Araragi (y a medio anime en realidad).
La forma agresiva en la que Black Hanekawa actúa hacia Araragi después de que le pida que espere me hace pensar que simplemente fingía no acordarse de él al principio.
Siendo Black la pura expresión de las frustraciones de Hanekawa, una actitud pasota e indiferente hacia Araragi hasta el punto de fingir no saber quién es se entiende como catarsis para ella, siempre lista para ayudar y preocuparse por alguien que no le recompensa como ella querría.
Más aún viendo lo que le dice: "Los amigos se deben ayudar entre ellos". El resentimiento es claro, e imagino que será mayor que nunca si tenemos en cuenta que en el capítulo anterior Araragi pasó de su puto culo cuando estaba abriéndose con él para centrarse en una potencial gratificación sexual.
Araragi poniendo a los demás por encima de sí mismo, hasta en cosas tan pequeñas como entender antes de que Shinobu quiere vivir a que él está a salvo porque ella le mantendrá con vida.
Qué bonito y qué coraje por Nisemonogatari.
Ah, qué gustazo cuando los adultos actúan como adultos.
Mi aplauso para Nekomonogatari por no ser como el 99% de anime y dibujar a Oshino como alguien no del todo irresponsable.
No esperaba esta profundidad de Oshino, pero no me quejaré.
Este capítulo, que ha sido bastante mejor que el primero, acaba con Araragi sorprendiéndose por algo después de que Oshino le dice que no vaya a ayudar, que sólo empeoraría las cosas.
Mi predicción es que lo que sea que sorprendió al prota le llevará a meterse de por medio.
Sea como sea, tengo ganas de ver el siguiente y averigüar cómo lidia un profesional como Oshino con rarezas menores (además, por supuesto, de descubrir más chicha de personaje).
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