Su piloto es una obra maestra y su cuerpo es igualmente magistral. Una serie de momentos dramáticos y emocionantes a más no poder unida por un desarrollo constante de sus personajes y sus temas.

Probablemente esté en mi top 5 de historias favoritas, en general.

Aunque mucho menos trepidante que Breaking Bad, BCS mantiene su calidad en cuanto a los personajes y la dirección.

Esta precuela/ secuela le saca a Jimmy McGill más chicha aún que la que tenía en BB, convirtiéndolo en uno de mis personajes favoritos de la saga.

¿Personajes complejos, con relaciones complejas entre ellos y razones válidas para gustarse u odiarse sin que ninguno sea estrictamente una buena o mala persona? ¿Entender las motivaciones de los protagonistas? ¿Buenos actores? ¿Buenos actores que además son NIÑOS?

¿¡En mi serie de terror!?

El entretenimiento "de miedo" tiene una fama (merecida) de cutre, poco original y perezoso. Hill House no es nada de eso. Lo que siento por estos personajes no lo he sentido en todo el cine del género que he visto.

Una labor encomiable por parte de los actores y el equipo de rodaje, desde luego... pero si algún día me cruzo al guionista me gustaría decirle cuatro cosas sobre ese episodio final.

Una atmósfera impecable, una paleta de colores cautivadora y una trama bastante inteligente.

Si eres de los que se ve continuamente intentando descifrar el plan de los malos (o de los que disfrutan viendo a personajes extremadamente competentes en lo suyo siendo competentes en lo suyo), esta serie es para ti.

Y si no también. Es un clásico, hay que verlo.

Sí, cuento los cómics como series. Básicamente porque si no lo hiciera no aparecerían en esta página, ya que apenas los leo y no me suelen gustar cuando lo hago.

​

Berserk es una historia sorprendente. Tiene uno de los inicios más edgy que he visto jamás, pero si superas el primer arco te encontrarás con una serie que se gana su optimismo a puñetazos. El dibujo es precioso unas veces y desgarrador otras, pero siempre detallado y expresivo, y la acción es brutal como en ningún otro cómic. Recomendado sin duda alguna.

La precuela espiritual de LQSA, aunque más progresista por algún motivo.

LQSA en general es una versión cínica y absurda de esta serie, por lo que una de ellas me hace más gracia y es más memorable... pero otra me resulta mucho más agradable de ver.

Sin dejar de perder su sentido del humor característico, Laura y Alberto Caballero hicieron una serie hogareña y en la que resulta mucho más fácil creerse a los personajes.

¿Una serie de comedia adulta animada QUE HACE GRACIA? ¡¿Dónde hay que firmar?!

​

El humor de Smiling Friends era algo que me hacía falta en la vida. Es una mezcla entre este sentido del humor dadaísta y frenético de la generación Z y comedia conversacional (personajes entendiendo mal lo que otros dicen de forma realista, palabras de relleno que acentúan el estado emocional de un personaje; ese tipo de cosas).

La serie más nostálgica que existe para mí.

Revisitarla a los 17 me sorprendió gratamente. No me costó nada acabarla; es una serie perfecta para descomprimir diez minutitos.

El worldbuilding bizarro e infinitamente imaginativo es como adentrarte en la cabeza de un niño.

Tanto el cómic como el anime son obras sorprendentemente inteligentes y llenas de subtexto. Unos personajes extremadamente sólidos acompañan a un escenario precioso y un mundo profundo (en más de un sentido), todo envuelto en una presentación absurda en su calidad.

Personalmente recomiendo ver la serie animada, ya que la dirección de color y musical ayudan a acentuar la experiencia (y porque las peleas son mucho más dramáticas y fáciles de seguir), pero no culpo a nadie que prefiera el mundo de acuarela del manga.

Aunque os advierto de que esta historia es más parecida a Berserk o a Madoka Magica que a lo que probablemente imaginéis cuando veáis los diseños de sus personajes.

Trigger sorprende de nuevo con una serie no solo alucinante en su presentación sino igualmente bien escrita. La distopía cibernética de Night City moldea a sus protagonistas de maneras muy concretas, y ese efecto se puede rastrear hasta su origen en cada uno de ellos.

Una hermosa historia de amor y resistencia en un mundo hostil.

Una serie sobre la pubertad y la llegada de la madurez. Hablando de lo cual, también es una serie muy madura (aunque su peculiar estilo visual y las locuras que ocurren a lo largo de la misma nos puedan hacer pensar lo contrario de primeras).

Probablemente la peor de la lista si las juzgamos en base a su calidad, pero su mensaje es tan directo y sus personajes lo encarnan tan bien que no puedo evitar ponerla aquí. Es la historia a la que suele ir mi cerebro cuando necesito motivación, y como la lista es de mis favoritas considero que la serie que parió a Trigger merece un puesto como mínimo.

Si queréis sentir cómo cinco gramos (figurativos) de cocaína recorren vuestro organismo y os gustan las series llenas de acción y momentos épicos, no busquéis más.

...

A ver.

Más allá de la tercera temporada no es nada del otro mundo, pero los personajes son tan caricaturescos que no puedes evitar querer ver qué absurdas decisiones toman.

Es el tipo de serie que uno deja de fondo mientras come o hace labores mecánicas, y es un comfort show de la leche (a pesar de que a ratos desprenda un tufillo rancio).

Otro comfort show, más largo aún si cabe. El estilo de comedia de Joss Whedon se hace pesado en las primeras temporadas, pero a medida que avanza la serie se va volviendo más y más interesante sin perder nunca su atractivo inicial.

El polémico guionista de Vengadores ya tenía joyitas antes de llegar a la cumbre de su popularidad.

La mejor historia audiovisual de Star Wars en 40 años.

La trama hace aguas muy raramente, pero la profundidad del diálogo y la cantidad de subtexto es impresionante viniendo de Disney.

Si quieres sentir la Rebelión como la sienten los Rebeldes y de paso conocer más sobre cómo funciona el Imperio desde dentro, esta es tu serie.

Y sigue el tren de la nostalgia.

Poco puedo decir de esta serie que no sepa ya todo español de bien.

El año de nuestra gran victoria en el Mundial, una serie sobre el chaval más apasionado por el fútbol que existe luchando contra viento y marea para llevarse su título soñado y ser como los futbolistas a los que admira estaba destinada a enamorar a la juventud de mi país. Y si a mí, que por aquel entonces había renegado del fútbol, me atrapó por igual... Imagínate.

Ah, y el que me llame Mamoru a Mark se lleva una ostia.